Su peculiaridad es única en el mundo del futbol. El St. Pauli rompe todos los esquemas. No es un club cualquiera ni uno más. Simplemente es diferente. Sus principios antifascistas, antirracistas y antisexistas levantan una pasión única en Alemania que goza de una institución deportiva seguida y adorada en el planeta.
Con más de 11 millones de seguidores en Alemania, un presidente abiertamente homosexual y con uno de sus principales patrocinadores que es una marca erótica que fabricó más de 20 mil condones luego de que la plantilla asegurara su regreso a la Bundesliga el pasado mes de mayo de 2010, tienen al St. Pauli como una de las principales atracciones de Hamburgo. Y eso que en su palmarés no cuenta siquiera con algún título.
No será el equipo más ganador ni el más exitoso en el aspecto deportivo, pero el cuadro del puerto, el llamado de la clase trabajadora por sus fundamentos y que representa la oposición al capitalismo, es un icono mundial de la izquierda, que sólo con su imagen ha logrado ganarse el corazón y fanatismo de muchos, principalmente de las mujeres alemanas, quienes son asiduas en los estadios.
Su afición es simplemente increíble y única en el mundo. De hecho, se asegura que cuenta con más de 200 clubes de fans en todo el mundo y que cuando jugaba en Tercera División su estadio promediaba 15 mil espectadores cuando la media de la división era de 200.
Además, el conjunto es seguido masivamente por grupos musicales alternativos de todo el planeta, desde Bad Religion a Asian Dub Foundation o Turbonegro, que le dedicó una canción, al igual que la banda británica Art Brut que incluso hizo una canción llamada ‘St. Pauli’, misma que fue parte del disco It's A Bit Complicated.
Tanto es el poder y la importancia que se le da a los seguidores del St. Pauli, que en el año 2002 su presión hizo que el club retirara los anuncios de la revista Maxim que se encontraban en su estadio, el Millerntor, al considerar que denigraba a las mujeres. La respuesta fue casi inmediata y la dirigencia atendió a la protesta.
La bandera pirata es su logo. Símbolo que por sí solo llama la atención y genera interés en conocer más acerca de la historia del club, que recién ascendió a la Bundesliga y tiene como uno de sus principales ídolos a Deniz Naki, un jugador que ha llevado su identificación con el St Pauli al extremo. El pasado mes de noviembre, todavía en la Bundesliga 2, en casa del archirrival Hansa Rostock (el equipo de una ciudad con un alto porcentaje de votos de la ultraderecha), Naki celebró un gol al irse al fondo de los ultras locales para hacer una señal de que les iba a cortar el cuello. Al terminar el partido, clavó una bandera del St. Pauli en el césped. La idolatría y alabanzas de parte de su afición llegaron casi de manera inmediata.
La originalidad y peculiaridad del St. Pauli es tanta que cuando juega en casa, su salida al campo es entonada por la canción ‘Hells Bells’ del grupo AC/DC y cada que meten un gol se introduce la canción ‘Song 2’ de Blur, lo que causa un ambiente más emotivo y acorde a los seguidores que acuden al feudo, que para que tengan una idea de su crecimiento, en 1981 promediaban asistencias de 1,600 personas y para finales de la década del noventa, ya tenían entradas de 20 mil espectadores cada dos semanas.
El éxito de imagen del equipo ha atraído múltiples patrocinadores. La marca de coches Dacia sacó una edición especial St. Pauli de su modelo, además de que Nike creó dos modelos diferentes de sus ‘Dunks’ con imágenes del equipo; mientras que Orion es su benefactor principal y es la ya citada empresa de artículos eróticos en Internet.
Aunado a ello, si bien los resultados deportivos no suelen ser los más destacados para el club, cuando logran algo importante no tardan en explotarlo y vender esas épicas victorias. En el recuerdo quedará cuando en la temporada 2001/2002, la que había sido su última participación en la Bundesliga, lograron derrotar al Bayern Munich, que recientemente había logrado levantar el trofeo de la Champions League y de la Copa Intercontinental, lo que los tenía como los mejores del mundo, pero que fueron derrotados por los ‘Piratas’, que sacaron una playera conmemorativa, que rezaba ‘Weltpokalsiegerbesieger’ (Los vencedores de los campeones mundiales).
Así es el St. Pauli, un equipo que genera interés y fanatismo por sus ideas. Único en el mundo y a la espera de lograr revolucionar los resultados deportivos en Alemania y mantener su crecimiento en el mercado.
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